Pero el dolor me impide hablar más y me exaspera y me obliga a llorar, cuando veo desde qué posición y a qué lugar ha caído la lengua. Pues, ¿qué amante de las letras y del bien público podrá abstenerse de llorar viéndola en el mismo estado en el que en tiempos estuvo Roma al ser conquistada por los galos? Todo fue derribado, incendiado, destruido y a duras penas el Capitolio logró subsistir. Desde hace siglos no sólo nadie habla ya el latín, sino que ni siquiera lo entiende al leerlo. [...]
Pero de cualquier forma, lo mismo que el tiempo pasado fue triste porque no se encontró en él ningún hombre sabio, de igual manera en esta nuestra época debemos congratularnos, porque si nos esforzamos un poco, confío que pronto restauraremos, más que la ciudad, la lengua de Roma y con ella todas las disciplinas.
Lorenzo Valla: Ele gantiae Ungnae latinae (1444) Artola, Miguel, Textos fundamentales para la Historia, Editorial Alianza, Madrid, 1992, Pág. 174
Pero de cualquier forma, lo mismo que el tiempo pasado fue triste porque no se encontró en él ningún hombre sabio, de igual manera en esta nuestra época debemos congratularnos, porque si nos esforzamos un poco, confío que pronto restauraremos, más que la ciudad, la lengua de Roma y con ella todas las disciplinas.
Lorenzo Valla: Ele gantiae Ungnae latinae (1444) Artola, Miguel, Textos fundamentales para la Historia, Editorial Alianza, Madrid, 1992, Pág. 174
Esta es una primera parte de ejercicios comenzaremos con algunos aspectos básicos:
1. Quien es el autor del texto, de qué trata el escrito, fecha y lugar en que fue redactado o leído.
2. Naturaleza del texto: político (discurso, manifiesto), jurídico (leyes, tratados), económico (contratos estadísticas), testimonial (memorias, diarios). Por último, los textos también se pueden clasificar en públicos o privados.
3. Tipo de fuente: primaria (escrito en la misma época en que ocurrió el hecho) secundaria (el texto es escrito es época posterior).
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